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Hexagrama 9: Domesticar lo Pequeño

La siguiente es una traducción del texto original en inglés de Hilary Barrett (quien no habla español) realizada por Verónica Lassa como aporte al Yijing en su viaje por los siglos.

Si hay comentarios u observaciones que puedan mejorar las versiones en español, contactar a Verónica a través de https://urdirlatrama.blogspot.com.ar/p/i-ching.html para que se tome debida nota.

¡Muchas gracias!


(Una amiga muy cercana recibió el Hexagrama 9 como respuesta a una consulta personal muy profunda —como parte de la imagen de sí misma— y me preguntó cómo lo veía yo. Por eso van aquí algunas imágenes para Domesticar lo Pequeño).

El concepto clave en el caso del hexagrama 9 y del hexagrama 26 es chu, ‘Domesticar’ or ‘Acumular’. El viejo ideograma chino muestra un campo y seda o, más bien, la misteriosa oscuridad del campo. Uno de sus antiguos significados, uno que era muy generalizado, es el de ganado y el de cría de animales.

Un grupo de conceptos para chu habla de propiciar el crecimiento: criar, acumular, nutrir, resguardar, guarecer. Otro, hace mención al control: poner freno, mantener bajo control, domesticar (y en la práctica, el Hexagrama 9 puede anticipar un pequeño traspié pasajero). La forma más fácil de poder englobar todos estos conceptos es la de pensarlos en relación a un agricultor, aquel que nutre el crecimiento y trabaja para poder tener bajo control las fuerzas de la naturaleza.

El Hexagrama 9 habla de Domesticar lo Pequeño: de hacer el trabajo del agricultor con pequeños recursos y con una estrategia de ‘lo pequeño’. Es decir, no mediante un dominio y control deliberados, ni haciendo uso de todo el potencial disponible en aras de un objetivo mayor (distinto a lo que pasa en el Hexagrama 26, en donde se obtienen buenos resultados al cruzar el gran río). El pequeño agricultor permanece en su tierra y responde a las necesidades del momento. Se parece más a la agricultura familiar de subsistencia que a la agroindustria.

Me recuerda a la conclusión de Cándido al final de la sátira filosófica de Voltaire. Después de haber vivido muchas peripecias en las que ha quedado expuesto a lo peor tanto de la humanidad como de la naturaleza, a Cándido ya no le interesa la concepción idealista de su mentor de que ‘todo sucede para bien en el mejor de los mundos posibles’. Su respuesta al argumento y al discurso del filósofo termina siendo: ‘Lindas palabras, pero hay que cultivar nuestro jardín’. No está muy lejos del espíritu del hexagrama 9.

Domesticar lo Pequeño es una continuación absolutamente natural del hexagrama 8, Buscar la Unión. Una vez que se han abatido los demonios, se abre un nuevo mundo en el que podemos elegir a nuestros aliados y nuestro lugar. Esto ‘naturalmente significa que hay oportunidad de domesticar las cosas —o de tener un lugar para cultivar’. Ni bien el pionero se ha establecido, debe salir cada mañana a trabajar su pedazo de tierra. Mis tíos abuelos entenderían muy bien de lo que estoy hablando. Recuerdo, cuando era niña, que ella le preguntaba por la comida para la cena, y él le enumeraba lo que había en el jardín. Si lo que quedaba eran unas pocas coles y un repollo, no comerías choclos.

Domesticar lo pequeño, crea el éxito.
Densas nubes sin lluvia
Provenientes de nuestros altares del Oeste.

Obviamente, el pequeño agricultor mira el cielo y cuando ve que las nubes se empiezan a juntar sin que llegue la lluvia, sabe que las cosas todavia no están en el lugar que les corresponde para que sean exitosas. Esa es una de las experiencias más grandes cuando en la adivinación nos sale el hexagrama 9, es esa sensación de ‘no es todavía’.

Puede que las nubes provengan del altar al Oeste sencillamente porque es ahí donde haz realizado tus ofrendas para que llegue la lluvia. Aunque, también hace alusión al aumento de poderío del pueblo Zhou, cuyas tierras se encontraban al Oeste, y quienes finalmente pudieron luchar contra la corrupta dinastía de los Shang y ocupar su lugar. Este es un momento en el que se va juntando poder, pero no es todavía el momento de la acción.

El jefe de los Zhou, no decidió, así como así, derrocar a los Shang, ni recibió un mandato del cielo para hacerlo y para movilizar sus ejércitos en la ‘Operación Cambio de Dinastía’. Durante años no tuvo oportunidad de hacer nada por el estilo. Zagua (los ‘hexagramas contrarios’, una de las Alas) dice que el Hexagrama 9 significa ‘poco’, y Richard Rutt en su Zhouyi lo traduce como ‘sin respaldo’. Los Zhou estuvieron un largo período ‘cultivandose’, con Wen, que iba ajustando y poniendo orden en su reino de modo que las buenas personas fueran atraídas allí de manera natural. No se puede hacer algo así poniendo el foco en un gran objetivo ‘ahí fuera’, sino poniendo una persistente y minuciosa atención a cada detalle.

El viento se mueve arriba del cielo. Domesticar lo pequeño.
Así el noble cultiva la pauta de la naturaleza.

Aún no se siente la influencia del viento sobre la tierra: aún no hay lluvia. Sin embargo, el viento también está refinando su forma según la naturaleza del cielo, obedece sus reglas, de modo que, a su hora, la lluvia llegará. Wen (la palabra para ‘pauta’ aquí es su nombre) refinó las formas de su gente de acuerdo con el cielo, y a la larga, esas formas se corresponderían a su mandato. El agricultor labra su tierra de modo que cuando caiga la lluvia no se desperdicie; quien recibe este hexagrama se cultiva a sí mismo para devenir tierra fértil a las semillas de la posibilidad.

El próximo paso será Pisar a la zaga del tigre —moverse cerca de un poder peligroso, y a sabiendas, — a fin de ser capaz de conectarse con su potencia espiritual. Entonces, allí, ya no habrá tiempo para descansar ni para cultivar jardín alguno.

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