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24, Retornar

La siguiente es una traducción del texto original en inglés de Hilary Barrett (quien no habla español) realizada por Verónica Lassa como aporte al Yijing en su viaje por los siglos.

Si hay comentarios u observaciones que puedan mejorar las versiones en español, contactar a Verónica a través de https://urdirlatrama.blogspot.com.ar/p/i-ching.html para que se tome debida nota.

¡Muchas gracias!


‘Las cosas no pueden quedar definitivamente aniquiladas.
Arriba el despojarse lleva a su fin;
Por abajo llega el cambio,
Por eso sigue el signo Retornar’.

El Hexagrama 23, Despojarse, eliminó todo lo que ya no crecía ni tenía vida. Hizo pedazos nuestra viejas imágenes, las ideas, metas, apegos antiguos… todo lo que nos consumía y se llevaba nuestra fuerza vital. Quizá haya sido un proceso doloroso —dada la naturaleza de los apegos humanos—. Pero eso hizo que se despejara el terreno para que pudiera haber nuevo crecimiento, no dejó nada en el camino. Retornar es el momento de volver a la vida.

El hexagrama nuclear de ambos —Despojarse y Retornar— es el Hexagrama 2, La Tierra, Lo Receptivo. Es decir que ambos son parte de la tarea de hacer que las cosas se vuelvan posibles, de limpiar y renovar el espacio que sostiene el crecimiento sin límite. En el Hexagrama 24, las cinco líneas abiertas de arriba le dan la bienvenida a la única línea firme.

“Retornar crea el éxito.
Entrar, salir, sin urgencia.
Llega el compañero, sin falta.
Revertir y retornar al camino de uno.
Al séptimo día llega el retorno.
Es provechoso tener una dirección”.

El antiguo ideograma de Retornar muestra un pie saliendo de un poblado y un camino donde dar los pasos. (¡Mis eternas gracias a LiSe por esto!) De modo que, aparentemente, el primer movimiento de ‘retornar’ es el de apartarse de la multitud y volver a ‘encarrilarse’. No tiene que ver tanto con retornar a algún lugar en particular, sino con volver al propio camino. Quiere decir volver a lo esencial, a lo que uno sabe que es correcto.

En la consulta, Retornar, podría ser un aviso para que simplifiques la pregunta y entres en contacto con la cosa. Muchas veces sale en preguntas sobre relaciones, y es muy tentador, con frecuencia, interpretarlo como que la otra persona va a volver. Según mi experiencia, no es de esto de lo que se trata. El primer paso de ‘retornar’ es alejarse de los demás y volver al propio camino.

A escala mayor, se trata del ciclo entero en el que uno ‘entra y sale’. En las relaciones humanas es salir del grupo para luego volver. Retornar significa tener espacio para poder cambiar de dirección y buscar otra orientación ‘sin urgencia’ ni ansiedades. El hexagrama nuclear, La Tierra, habla de encontrar compañeros en el Suroeste y de perder los del Noreste —un equilibrio entre ser parte con otros (integrarse) y ser uno mismo (individualizarse)—. Con Retornar, esto consiste en un ciclo. Hay un ‘germen de de (el carácter y la fuerza personal), que se diferencia nítidamente de todos los objetos’ (en el Dazhuan). Luego hay esta posibilidad nueva de uno mismo que está lista para integrarse y así, ‘llega el compañero’. Te encuentras con este compañero, o estos compañeros, porque van juntos por el mismo camino. En la práctica, puede que se trate de forjar nuevos vínculos o de renovar los anteriores. (De lo que claramente no se trata es de darte ánimos para que tomes un desvío y ¡vayas detrás de nadie!).

Retornar cuando ha llegado el séptimo día quiere decir empezar de nuevo al final del ciclo. Independientemente de que este haya sido el objetivo, lo cierto es que tiene relación con el movimiento de la energía yang a través del hexagrama, como lo señala Balkin: ‘Si uno empieza con Qian (yang puro) y, comenzando de abajo para arriba, reemplaza cada línea por su contraria, en seis mutaciones las líneas yin habrán desplazado por completo a las yang y, Qian, (yang puro) se habrá convertido en Kun (yin puro). En la séptima mutación, entonces, comienza una nueva secuencia con una línea yang que sube desde abajo”. Es un aviso de que las cosas tienen su propia cadencia, que hay un momento para cada etapa y que el retorno no se puede apresurar (el mismo mensaje se encuentra en el Daxiang, La Imagen).

Pero lo que  sigue siendo ventajoso es asociar ese germen naciente a una ‘dirección’, eso es lo que lo hace provechoso. Esta es la parte del ciclo donde entran la integración y compromiso. Primero viene el momento de calmarse y deshacerse de la culpa o el arrebato (`sin urgencia… sin falta`) y luego, el momento de volver a unirse teniendo una meta. Las líneas parecen contar una historia parecida de esto de `entrar y salir`.

El Daxiang subraya que todo esto ocurre en el momento que le corresponde:

´El trueno en medio de la tierra. Retornar.
Así los antiguos reyes clausuraban los pasos en el tiempo del solsticio de invierno.
Los mercaderes ambulantes no viajaban,
El príncipe no hacía giras por las regiones´.

De los doce hexagramas que marcan el tiempo en la tradición, el hexagrama 24 es el más oscuro. El momento del año en el que la luz comienza su Retorno es también el momento en que los días son más cortos y la luz está más lejana. Los trigramas lo ilustran con el trueno en medio de la tierra. En primavera va a salir rugiendo a la superficie y va a sacudir las cosas para que puedan crecer vigorosas. Por ahora, los campos y las fronteras están clausurados, es tiempo de introspección y no de los asuntos habituales. Este hexagrama no pregona un retorno triunfal, sino una recuperación y una acumulación de fuerzas paulatina. El germen vital necesita nutrirse en la quietud.

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